texto resumen

¿Qué relación podríamos tener los iliturgitanos con todo aquello? Sabían de nosotros, de nuestra antigüedad. Pero, ¿sabrían de nuestro tesoro? San Eufrasio estuvo siempre ahí, mucho se había escrito al respecto. No pocas comitivas habían venido históricamente, primero hasta la Iliturgi romana, más tarde hasta la Andùxar musulmana y por último, a la Andújar cristiana. Todas perseguían un mismo fin, recabar información sobre las reliquias del Santo y lo demás ... La leyenda había conseguido que los más ambiciosos anhelaran poseerlas, seguros de que ellos conseguirían lo que otros antes intentaron y no pudieron. Ahora les tocaba a ellos, a los nuevos poderes fácticos, los banqueros estafadores, la políticos corruptos, las mafias del narcotráfico y la prostitución y hasta los jueces y policías en connivencia con la mismísima Iglesia de Roma. Una lucha sin cuartel en la que el protagonista, simple becario de un banco en Fuengirola, deberá enfrentarse a todos ellos con la única ayuda de dos amores femeninos bien diferentes, uno carnal y el otro celestial, de uno la pasión y del otro la devoción, una le dará descanso y la otra consuelo, Maite y La Virgen de la Cabeza, ellas se convertirán en las auténticas protagonistas de una novela de final imprevisible.

Sobre la religión, el ateísmo y el agnosticismo, habría mucho que hablar ...

Sobre la religión, el ateísmo y el agnosticismo, habría mucho que hablar ...
Creo que la dificultad del entendimiento religioso depende, en gran medida, de nosotros mismos y de nuestra actitud ante la vida. No todo tiene explicación y no por ello deja de ser verdadero o falso, si me apuráis, nuestras limitaciones intelectuales pocas veces nos permiten llegar a la verdad de las cosas y no por ello somos tontos. El hombre es complejo y pasito a pasito, vamos avanzando en el camino del conocimiento; el del mundo que nos rodea y el del mundo interior de cada cual, ahí es nada. Dios, entre otras cosas, no deja de ser el refugio ante nuestra ignorancia, el consuelo que necesitamos para seguir viviendo cuando nos duele lo que ocurre a nuestro alrededor y ello, no tiene nada que ver con la maldad humana. Históricamente, los dioses, han convivido y se han sucedido, iniciando y concluyendo culturas, imperios y reinados. Los poderosos los han utilizado para justificar las mayores atrocidades, para imponer el miedo a los pueblos indefensos, en la certidumbre de que, además de todas las penalidades terrenales y por si no eran pocas, arderíamos en el fuego eterno. Dios, Alá, Jehová, Mahoma, los Dioses mitológicos, los Dioses Griegos, Romanos, Orientales y tantos otros ... ¿Cual es el verdadero?, ¿por qué ha de ser el nuestro y no el del otro?, ¿por qué los mayores crímenes de la humanidad se han hecho en nombre de Dios? ... Son preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento de nuestra vida, sabiendo la respuesta. Dios está en cada uno de nosotros y simboliza todo lo bueno que llevamos dentro. Cuando hacemos el bien, nos sentimos mejor y cuando no, peor. Si algo escapa a nuestro entendimiento y no podemos controlarlo pensamos, ¡que sea lo que Dios quiera!. Si enferma un ser querido. ¡A Dios rogando y con el mazo dando!. Primero buscamos todos los médicos que podamos y a continuación rezamos y le pedimos que lo sane a la Virgen de la Cabeza u otra, la que más cerca tengamos o sintamos, nuestra madre. Ella nos da consuelo y alivia nuestro dolor. Cuando hablamos de religión, entramos de lleno en el mundo de los sentimientos y ellos, no responden ni a formulaciones matemáticas ni a algoritmos lógicos. Cada cual busca la felicidad por el camino que considera más adecuado, los caminos son infinitos y ninguno es mejor ni peor que otro, entre otras cosas, porque somos tan diferentes, que lo que a uno le sirve a otro no y a la inversa. La vida esta llena de contradicciones y la religión no iba a ser menos. La ignorancia del pueblo hasta hace unos siglos, imponía la Religión como un acto de fe y quizá entonces fuera más fácil que ahora. A medida que aumentamos nuestros conocimientos, somos más conscientes de nuestras carencias y surgen las dudas, "solo sé que no se nada" dijo el hombre más listo de la historia ... Y yo que soy el más torpe, pues de momento me conformo con intentar ser buena gente, y de vez en cuando, rezarle a la Virgen de La Cabeza o a la del Carmen que, dicho sea de paso, aquí en Málaga me pilla más a mano. Si la cosa se complica mucho, El Cautivo también me vale.

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