texto resumen

¿Qué relación podríamos tener los iliturgitanos con todo aquello? Sabían de nosotros, de nuestra antigüedad. Pero, ¿sabrían de nuestro tesoro? San Eufrasio estuvo siempre ahí, mucho se había escrito al respecto. No pocas comitivas habían venido históricamente, primero hasta la Iliturgi romana, más tarde hasta la Andùxar musulmana y por último, a la Andújar cristiana. Todas perseguían un mismo fin, recabar información sobre las reliquias del Santo y lo demás ... La leyenda había conseguido que los más ambiciosos anhelaran poseerlas, seguros de que ellos conseguirían lo que otros antes intentaron y no pudieron. Ahora les tocaba a ellos, a los nuevos poderes fácticos, los banqueros estafadores, la políticos corruptos, las mafias del narcotráfico y la prostitución y hasta los jueces y policías en connivencia con la mismísima Iglesia de Roma. Una lucha sin cuartel en la que el protagonista, simple becario de un banco en Fuengirola, deberá enfrentarse a todos ellos con la única ayuda de dos amores femeninos bien diferentes, uno carnal y el otro celestial, de uno la pasión y del otro la devoción, una le dará descanso y la otra consuelo, Maite y La Virgen de la Cabeza, ellas se convertirán en las auténticas protagonistas de una novela de final imprevisible.

ALÁ Y DIOS SEGURO QUE SE ENTENDERÍAN

Mi madre me contaba no hace mucho los tiroteos y asesinatos de los rojos que ella vivió y presenció en la guerra civil del 36, en Andújar. Mi suegra lo mismo, en su caso en Málaga y protagonizados por los nacionales, bombardeos, gritos y la "desbandá" hacia Almería donde se calcula que masacraron por tierra, mar y aire a más de 5.000 civiles indefensos que huían despavoridos. Ellas lo cuentan a sus hijos y nietos igual que a nosotros nos tocará contárselo a los nuestros y estos a los suyos y la verdad, no creo que a la vista de nuestra incapacidad de aprender de nuestros errores, ellos tengan la oportunidad de tener a quien contárselo. Es así de triste, rojos o nacionales, aliados o el eje, moros o cristianos, en definitiva, los nuestros o los vuestros, lo que en última instancia seríamos tú o yo, ahí está el problema, si la conjunción fuera aditiva en vez de disyuntiva, otro gallo cantaría. La historia nos demuestra el afán de superación propio de nuestra especie, siendo cada generación capaz de superar, tanto en cantidad como en brutalidad, los crímenes contra la humanidad de nuestros ancestros. Hemos conseguido hacer de la guerra la razón de ser de nuestra existencia, hasta la ciencia ha avanzado gracias a ella, siendo los beneficios humanitarios de su desarrollo una simple aplicación "por diferido" de los adelantos tecnológicos creados por y para el exterminio de pueblos hermanos. Los ejércitos se han convertido en los mejores laboratorios de I+D porque, entre otras cosas, ahí van destinados los mayores recursos de nuestras economías y mientras sigamos considerando más rentable invertir en bombas nucleares, guerra bacteriológica o vuelos espaciales que hacerlo en arte, educación y cultura, mal vamos. Ya pasó con las torres gemelas no hace tanto, reunión del G10 e invasión de Irak con la aquiescencia de Naciones Unidas, bombardeos, cientos de miles de muertos inocentes y lo peor, odio enquistado convertido en abono de futuros atentados. Ahora, otra vez, primera reacción del Presidente de la República Francesa, la guerra y el "golpe por golpe" y lo peor, con el apoyo de todos los líderes mundiales. Sigo pensando que el problema no está ni en los musulmanes ni en los cristianos, ni en el capitalismo o el comunismo, ni en la guerra indiscriminada sino, muy al contrario, en la solidaridad de las personas y sólo cuando consigamos ser solidarios por y no contra, vendrá la Paz, sólo cuando hablemos un mismo idioma nos entenderemos, sólo cuando seamos tan generosos como para renunciar a lo que nos separa estaremos preparados para recibir aquello que nos una, y si la religión fuera la causa , pues bienvenido el ateísmo mundial, Alá y Dios seguro que lo entenderían.

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